LA #TUZOHISTORIA DE HUGO COVA
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Mi historia con Pachuca no tiene inicio y no tendrá fin, simplemente porque nací con los colores azul y blanco y porque seré Tuzo hasta el último de mis días, sin embargo si tengo mucho por contar.
Mi nombre es Hugo, soy originario de la ciudad de Actopan, Hidalgo, actualmente radicado en Pachuca. Formo parte de una familia de aficionados al futbol y sobre todo hijo de un padre apasionado por el balompié. Mi historia se remonta a mis primeros años cuando en los 90´s Pachuca se disputaba en un ir y venir un lugar en primera división, pocos recuerdos tengo del antiguo estadio Revolución, mi mayor número de alegrías las contabilizo en nuestro magno estadio Hidalgo.
Tengo en el corazón los recuerdos desde nuestro primer campeonato de liga en el invierno del 99, cuando el hueso Glaria se vistió de héroe, a partir del año 2000 cuando Pablo Hernán Gómez era nuestro máximo ídolo a seguir, nos volvimos mi familia y yo asistentes asiduos a cada partido que se presenciaba en el Hidalgo, de ese año hasta la fecha tenemos una cita cada dos semanas en la casa de los Tuzos.
Crecí con un Pachuca glorioso, cuando ganó cinco ligas locales en ocho años, copas internacionales y la fabulosa copa sudamericana, puedo definirme como un privilegiado al haber podido ser parte de años de triunfos y un bello futbol desplegado en la cancha.
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He visto pasar infinidad de jugadores por Pachuca, pero sin embargo todos tenemos nuestros consentidos, y los míos son: Miguel Calero, Gabriel Caballero, Andrés Chitiva y Alberto Rodríguez.
Mis momentos más emotivos con los Tuzos fueron la liga del 2006 que se ganó a San Luis por haber sido la primera que se levantó en nuestra cancha, y la copa Sudamericana , ambas son las que más he festejado, sumando a estas nuestra última copa que nos posiciona como los actuales campeones del futbol Mexicano.
En contraste puedo definir los momentos más tristes, sin duda las finales perdidas de 2009 y 2014 contra Pumas y León respectivamente, así como el deceso de el cóndor Miguel Calero que para mí personal opinión es el máximo símbolo que existe en nuestro club.
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Goles, barridas, salvadas en el poste, fallas arbitrales, amonestaciones, minutos llenos de nerviosismo: de todo se vive cada 90 minutos que veo a mi equipo disputar un partido. Pero ahí estoy, anhelando que cada jugador se rompa el alma en el terreno de juego.
Mi pasión por Pachuca la puedo definir como una relación fiel, en la que siempre estoy esperando que el equipo demuestre ser el mejor, es festejar cuando se gana y sufrir cuando se pierde, pero nunca bajar los brazos.
A cada jugador le diría Gracias por sudar la camiseta, Gracias por buscar los goles que para nosotros es la gloria y Gracias por elegir ser parte de Tuzos, el equipo de mis amores.